Antes que todo, debemos saber que existe un signo llamado raya o guion largo. Les presento a la raya:
—
Sí, es un guion largo, no uno «convencional». Ahora bien, quien tenga dificultades para encontrar la raya en su procesador de texto o quien esté usando un dispositivo mecánico (máquina de escribir, por ejemplo) podrá recurrir a un doble guion:
—
En algunos casos, como el presente, no se nota la diferencia; pero les juro que aquí hay dos guiones.
Ahora bien, en un diálogo narrativo este signo cumple dos funciones:
1. Indicar cada intervención de un personaje, es decir, cada vez que un personaje comienza a hablar, a decir lo suyo.
—¡Hola, amigo!
—Hola, hola. Qué tal.
—Todo bien por este lado. ¿Tú cómo has estado?
—Mucho trabajo; pero, ya sabes, eso es bueno.
Como vemos, no hay espacio entre la raya y el signo o letra que viene a continuación.
2. Señalar que el narrador está interviniendo.
—¡Hola, amigo! —saludó Fernando.
—Hola, hola. ¿Cómo estás? —respondió Gabriel.
Lo que viene después de la raya corresponde a una acotación del narrador, un comentario; no son palabras del personaje. La raya funciona como un paréntesis, y va una sola antes de la acotación; y tampoco se deja espacio entre el signo y la siguiente palabra.
Cuando empleamos verbos del habla1También ‘verba dicendi’, son verbos que designan acciones declarativas (decir, responder, contestar…) o que expresan creencia, reflexión o emoción (pensar, lamentar, suponer…)., estos verbos van con minúscula, como en el ejemplo anterior: saludó, respondió. Así será incluso si existen signos de exclamación o interrogación de cierre:
—¡Hola, amigo! —saludó Fernando.
—Hola, hola. ¿Cómo estás? —respondió Gabriel.
Pero si no tenemos verbos del habla, la acotación comenzará con mayúscula:
—¡Hola, amigo! —Esperó con incertidumbre que su viejo amigo le respondiera.
—Hola, hola. Qué tal —Esbozó una sonrisa.
Ahora bien, tenemos la posibilidad de que, después de la acotación del narrador, el personaje en particular siga hablando. Si así sucede, debemos utilizar una segunda raya, una que funcionará como un cierre de paréntesis:
—¡Hola, amigo! —saludó Fernando—. ¿Cómo has estado?
—Hola, hola. Qué tal —respondió Gabriel—. Yo muy bien. ¿Tú?
En estos casos, ¿qué puntuación debe ir después de la raya? Pregunta muy recurrente. De manera sencilla, la que precisamente va antes de la acotación. Así pues, después de la raya puede ir coma, punto y coma, punto y seguido o, incluso, podría no ir nada.
Para cerrar con un consejo práctico sobre la puntuación después de la raya, podemos suprimir mentalmente la acotación; y la puntuación que veamos ahí es la que deberá ir:
- —Necesito hablar contigo. ¿Puedes?
Pondremos la acotación después de contigo, que antecede a un punto. Así que después de la acotación irá punto:
—Necesito hablar contigo —dijo Juan—. ¿Puedes?
- —Necesito hablar contigo, pero tiene que ser ahora.
Pondremos la acotación después de contigo, que antecede a una coma. Así que después de la acotación irá coma:
—Necesito hablar contigo —dijo Juan—, pero tiene que ser ahora.
- —Necesito hablar contigo ahora mismo.
Pondremos la acotación después de contigo, que no antecede a ningún signo. Así que después de la acotación no irá signo alguno:
—Necesito hablar contigo —dijo Juan— ahora mismo.