Es muy probable —si no casi seguro— que muchos no vean el error. A ver, eche un ojo otra vez, pero ahora lea únicamente a partir de «sistema». ¿Ahora sí lo ve? Sí, sistema educativo sin compromiso. Sistema educativo ¡sin compromiso! Vaya sistema educativo, eh.
Este tipo de errores es muy común en el lenguaje oral. En realidad, sucede que en esta esfera no se trata de un error, ya que, para poder llegar al resultado de la comunicación, la oralidad se articula con otros mecanismos. Ritmos, tonos, pausas… se unen al lenguaje corporal, entre otros, y juntos conforman el mensaje oral. Así pues, las posibilidades de que se entienda que el sistema educativo no tiene compromiso es escasa, por decir poco. Por otro lado, en el lenguaje escrito sí tenemos un problema. Claro, en un momento nos daremos cuenta de que es absurdo que una institución se dé tiros en los pies; pero eso no quita que haya un error, y grave. El lenguaje escrito no acepta deslices. La gente podrá ser condescendiente con los errores, podrá buscar en su cabeza el sentido que el redactor no supo brindar; pero la realidad comunicativa no entiende de indulgencias. Error es error.
El redactor debe ser capaz de decir lo que quiso decir. Si lo dice mal y quiere que sea el lector quien ordene el sentido, algo anda mal.
La explicación… A ver, sin compromiso puede ser una locución adverbial1Conjunto de palabras que funciona como adverbio, es decir, que, seguramente, modificará a un verbo. o una locución adjetiva2Conjunto de palabras que funciona como adjetivo, es decir, que modifica a un sustantivo.. ¿Qué determina si es una u otra? La ubicación. Si va después de un sustantivo o similar, en este caso sistema educativo, será adjetiva, dirá cómo es ese sustantivo, qué características tiene. Lo adverbial, en cambio, puede ir antes o después del verbo o similar, venir a conocer en este caso; pero también, si el sentido lo permite, puede ir a comienzo o a final de oración…
¿Qué sucede? En la oralidad, solemos mandarlo siempre al final. Y así sucedió aquí; pero quien ejecutó esto tuvo la mala suerte de que al final, antes de dirigir la locución adverbial, había ya un sustantivo, así que la locución se torna adjetiva.
Moraleja. Si mandamos un adverbio o una locución adverbial al final, fijémonos que no ha quedado después de un sustantivo. Bueno, en realidad el riesgo estará en cualquier ubicación.
Por otra parte, debemos mencionar un error de primaria: ¿México sin tilde? Y antes de la numeración debe ir puntuación, si lo vemos lingüísticamente; o puede llevar algún tipo de separador, si lo vemos desde la perspectiva del diseño. Lo mismo sucede antes de aviación.
Nadie, ni en la imprenta ni en el colegio, vio los errores. Grave.